te inventé,
y me encantabas.
Me excitaba el invento.
Más tarde creí conocerte,
pero no eras mi artefacto
y perdí interés.
Ya no me excitaba.
Reinventé el invento
en otros cuerpos,
y siempre fue fantástico,
hasta que creí conocerlas,
y ya no me excitaban.
Al fin conocí a alguien,
y era como el invento.
Siempre estaba excitado.
Era fantástico.
Me levanté,
me limpié
y la metí en la caja.
Ahora sé que siempre será como el primer día.
Al fin encontré el amor.
Siempre era como deseaba.
Y allí no había nadie dentro
para estropearlo.
Siempre estaría enamorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario