domingo, 29 de enero de 2017

HACIENDO CUENTAS

 

Hago cuentas de dinero:
Tanto para el alquiler,
tanto otro para mis hijos,
esto otro para las letras
y este resto para comer.
Tengo esto,
me queda esto otro,
no voy a llegar a aquello,
que vendrá después.

Hago cuentas de amor:
Tengo este amor,
me dan este otro,
doy un poco por aquí,
y me guardo el resto
para darlo por allí.

Le hago cuentas a la vida
para guardarme vida,
no me vaya a quedar
sin reserva de vida.

Y eso mismo es lo se pierde haciendo cuentas:
la vida.

Si le hacemos cuentas,
la vida confirmará
que no salen.

La vida no cabe
en un ajuste contable.

Cuando creemos sumar,
nos resta.
Cuando creemos restar,
nos suma.

La vida no es un balance.
Y no tiene déficit ni superávit.

Es exacta,
movible,
cambiante,
sin objetivo;
y no tiene estrategia.

Y el resultado,
nunca es el que parece.

Dejemos de hacer cuentas.

Es como contar cipreses en el mar.





sábado, 28 de enero de 2017

DE REPENTE, SENTADO EN LA COCINA, MI HISTORIA


Sentado en la cocina,
escuchando viejas canciones,
casi sin darme cuenta,
de repente,
me ha estallado,
toda la tristeza y el amor
recorridos,
que creía olvidados.

       y me ha brotado una lágrima
que me llevaba dentro.

Ya en el salón,
                 resbalé
                           hacia el olvido.

Y me ha llenado
de nuevo
el inmenso vacío.





AMOR FUGAZ SIN CENTRO



"El vínculo es anterior al centro"
Eugenio Carruti

A veces intuyo,
y apenas siento
se me escurre,
el amor impersonal,
el vínculo sin centros;
entre esos dos
usurpadores
que se dicen,
tú y yo.

Entonces abrazo
desprendido
el abrazo
de tu nada.
 
                             pero yo
ya soy yo,

                        y tú,

ésa que dice amar
a ése que se cree yo,
que piensa que ama
a ésa que se cree tú.

A TRAVÉS DE LA PUERTA DEL PARQUE




– Mi hijo solo ve la tele en inglés. En casa siempre habla inglés con la filipina. Este año ha sacado todo sobresaliente menos matemáticas. Pero no es por su culpa. La profesora de mates no me soporta. Me tiene envidia y lo paga con el nene. Jacobo, levántate del suelo ahora mismo. Te he dicho que te levantes.  Ven aquí. Mira como te has puesto el pantalón. Ahora te sientas aquí y no te muevas de mi lado en toda la tarde. Estás castigado. –Jacobo estaba impoluto. El crío solo tenía una mancha en unas de sus rodillas. Su cara mostraba una mezcla de miedo, vergüenza e impotencia.

– Mami te prometo que no me voy a caer más. Me subo el pantalón por encima de las rodillas por si acaso. – Te he dicho que te quedas aquí y punto. –Jacobo miraba a su madre con odio. – Pero mami, por favor, déjame jugar al fútbol con mis amigos. Ellos se caen y no les castiga nadie. Hoy es sábado. El único día que tengo para jugar.

– Es que Jacobo toca el piano, y claro, no le dejo que juegue al fútbol porque no podemos permitirnos que se haga daño en los dedos. ¿Os he dicho que va tocar en la tele? Nos presentamos a ese concurso de niños y ha sido seleccionado. Es que Jacobo lleva la música en la sangre. ¿Verdad mi vida? –Jacobo no contestaba, ni miraba a la madre. Miraba hacia la puerta del parque. Quería escapar de allí. Quería huir de la madre, del piano, del inglés y de las clases particulares. Jacobo quería jugar al fútbol como los demás niños. No soportaba las largas horas del piano. Y tampoco soportaba ver las películas que tanto le gustaban en inglés. Quería correr. Correr y escapar lejos de allí. Miraba la puerta del parque mientras sujetaba con fuerza el balón.

– Su padre y yo estamos esforzándonos mucho en la educación de Jacobo. No escatimamos en nada. Es un niño con muchas posibilidades. A los niños hay que vigilarlos. Hay cada loco suelto. No entiendo a las madres que tienen a los niños sueltos por ahí. Esteban y yo, siempre estamos pendiente de él. Estamos muy orgullosos de nuestro niño. Jacobo es un niño ejemplar. Algun dia nos agradecerá todo el esfuerzo que hacemos por él.  Jacobo , ¿Adónde crees que vas ? !Jacobo ! ! Jacobooooo!  Noooooo!

Se oyó un frenazo. Un golpe seco. Después  silencio; un grito, un llanto desgarrado. Sangre sobre el asfalto.
Jacobo escapó muy lejos a través de la puerta del parque. Manchado de sangre  y los pantalones subidos por encima de las rodillas.

Aún peinado, sus dedos de piano agarraban con fuerza la pelota.

sábado, 21 de enero de 2017

SIESTA CON GATO AL SOL Y DOLOR DE DIENTES



Suenan notas de piano.
Lentas y agudas.
Perfectas en su redondez
metálica.
El gato,
abre y cierra
los ojos,
lentamente,
suave,
como las teclas de piano;
y las dos patitas delanteras,
posadas como una efigie
negra,
de ojos amarillos.
No hago nada.
El gato no hace nada.
El sol no hace nada.
Todo está detenido.
Me duelen los dientes
y me tumbo.
Y dejo que el aire,
inflamado de notas,
sol y quietud de gato,
me calme el corazón
que pulsa mi dolor.
Respiro y miro el gato.
Sueño que me duermo
dormido al sol.
Sé que estoy soñando,
pero no puedo separar los ojos
y despertar.
Me abandono  a la sensación del sueño.
Allí no me duelen los dientes.
Despierto del sueño
desde dentro del sueño.
Y apenas abro los ojos;
las notas de piano y
y el gato aún quieto.
Y como en el sueño,
ya no me duelen los dientes.





viernes, 20 de enero de 2017

SEXO QUIETO EN LOS BAÑOS DEL CARMEN


Siempre me ha gustado el frío con el sol. Es como el sexo sin quemarse;el crujir de la verdura cruda o
un paisaje sin música.
Cuando se dan estas combinaciones, uno puede sentir más el calor tenue del sol, refrescado por la brisa marina y fresca. Sientes más el sol, el mar y el viento. Como en el sexo sin sobreexcitación. Cuando puedes al fin sentir la piel del otro; el latir de su corazón, su temperatura cálida y suave, su aliento; el silencio sostenido de la respiración. Un sol demasiado fuerte quemaría esas sensaciones. Como una verdura pasada sobrexcitada de salsas. Pues así me siento ahora sentado frente al mar en los Baños del Carmen. Estamos echando un polvo. Y un fuerte sol no me entorpece las sensaciones. Está el fresco del invierno para mantenerme atento al cuadro.
Y ni el mar ni yo añadimos nada.