Te
amo con el asombro del descubrimiento.
Te
beso con el temblor de la incertidumbre.
Te
escucho con la atención de la ignorancia.
Te
busco sólo cuando te encuentro.
Nunca
te tengo.
Nunca
me despido.
Siempre
estoy.
Nunca
me voy de mí.
Te
miro desde ti.
Te
descubro nueva cada día.
Me
descubres nuevo cada día.
No
te pido nada que no seas tú.
No
te ofrezco nada que no esté en mí.
No
nos pertenecemos.
No
nos exigimos.
No
nos reprochamos.
No
nos damos.
Permanecemos
en nosotros para el otro.
No
soñamos con el otro que imaginamos.
Nos
admiramos con el otro que es.
Nuestro
amor sólo dura un segundo.
Nuestra
vida también.
Nunca
sabemos si habrá otro beso.
Nunca
besamos con el beso que ya dimos.
Siempre
besamos por primera y última vez.
No
queremos tener miedo.
No
tenemos miedo.
Porque
el miedo pertenece al mañana,
y
el amor se desvanece,
si
se piensa y no se ama,
nosotros
permanecemos para siempre hoy.
Porque
es allí donde sólo es posible el amor.
Porque
es hoy donde sólo es posible la vida.