No tienes por
qué sacrificar tu vida en nombre de nadie;
ni siquiera en
el nombre de tus hijos;
ellos,
créeme,
no quieren eso.
Tus hijos
quieren una madre feliz,
completa y
libre;
para que ellos
puedan ser unos hombres y unas mujeres;
felices,
completos y libres.
Muéstrales el
camino de la libertad a través de ti.
No eres la
mujer de nadie;
tú existes
primero sola;
así
descubrirás,
si tienes un
hombre junto a ti
o a un niño que
reclama a su madre.
Tienes que ser tú
y nada más;
el resto que se
busque la vida,
que ya va
siendo hora.
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