jueves, 25 de agosto de 2016
PRESENCIA FEMENINA JUNTO AL MAR
Cierro los ojos.
El sol traspasa mis párpados.
La sal cura y picotea mi piel.
El mar suena dentro de mí.
Y juraría que unos cabellos
rozan mi cuello.
y me estremezco.
Pero abro los ojos,
y aquí no hay nadie.
LAS FOTOS ESTÁN MUERTAS
La vida,
poco a poco,
se monta
y se desmonta,
y deja rastros
como fotos:
sudores en las sábanas,
y apenas un olor
que se me escurre,
cuando ya no estás tú.
Los besos son solo para cuando estás,
y no se pueden recuperar los momentos.
La ausencia rezuma
fotos y olores.
Y no me regresan a ti.
No me sirven.
DESOCUPACIÓN DE LA ESFERA
Los días pasan
y sigo ocupado.
No encuentro el espacio
de la desocupación
externa.
Pero yo me desocupo,
escurriéndome:
Rompiendo el arco,
tensando el diámetro;
asumiendo
la desintegración
del contorno.
Y me escapo de la cáscara.
Quedo vacío
tras la descomposición
de la esfera...
jueves, 30 de junio de 2016
OJO UNIVERSO
No puedes no existir.
Si no existieras
no existiría nada;
y el vacío y tú
son siempre,
y lo mismo.
Eres el universo entero
que se piensa a sí mismo.
Y sin ti,
que estás ahora leyendo,
yo no existiría;
y nada sería posible.
Eres todo porque el vacío
no puede auto aniquilarse,
y es eterno en ti.
Y la eternidad es el no tiempo.
Y somos seres no tiempo.
Porque tú eres tú,
y todo:
y todo es expresión
de la nada;
que está en ti.
sábado, 4 de junio de 2016
SIN ARMÓNICOS ME ACOJONO
La emoción-burbuja ha estallado,
y solo queda la sensación:
Una sensación redonda, lenta y vacía...
Una nota sostenida de fondo.
Y me entra el vértigo
a la ausencia de escala;
y entonces,
me creo arreglista
y fuerzo armónicos,
que distorsionan
la nota,
preciosa y única,
de la nada.
No necesitamos picos de la música.
Somos todos
la misma nota sin nombre.
viernes, 3 de junio de 2016
LA ESCASEZ ES UNA EMOCIÓN
Abro la nevera: Un sobre de miso, un paquete de bacón,
un litro de leche; lo cojo y compruebo que solo queda un culo, un actimel
solitario; aunque tengo dos niños y solo queda uno; pero pienso que aún tengo
un par de días para comprar otro y evitar una guerra, un cogollo de lechuga;
que rápidamente se presenta como voluntario para la cena, un litro de cocacola
y varias verduras sin pareja. Es todo lo que hay. Sonrío. Aún queda la
despensa. Una lata de atún se apunta al banquete. Pongo una peli y a
comer.
He dormido de puta madre. Últimamente duermo muy bien
al mismo tiempo que no abandono del todo la consciencia. Duermo profundo y ligero
al mismo tiempo. Me levanto fresco y despierto. Voy a la cocina y compruebo que
todavía queda algo de café. Lo junto con el culo de leche y me hago un cigarro.
Abro una carta de Endesa y leo: Aviso de corte. Me dan de plazo para que abone
la deuda hasta el nueve de mayo. Sonrío porque sé que no es cierto. Hoy es
nueve de mayo. Aún queda otra carta más antes del corte. Tengo realmente casi
dos semanas antes de la interrupción educada
del suministro. No me preocupo y confió que antes del corte lo pagaré.
Le escribo un wasap a la propietaria de la casa diciéndole que por ahora solo
puedo pagarle trescientos euros de los quinientos del alquiler, pero que más
adelante se lo pagaré entero. También confío en que lo haré porque llevo casi
dos años de alquiler y no le debo nada. Al final siempre llega lo que tiene que
llegar. Y si no llega pues ya cuando no llegue observaré que ocurre.
Tengo que
pasar a mi ex la pensión de los niños, pagar la letra del coche, la academia
del niño, la letra del préstamo bancario, que se lo comió mi antigua empresa
sin pestañear, tengo que comer y me tiene que sobrar algo para ir a visitar a
la chati.
No
hago números porque sobre el papel no salen, pero lo que sí es cierto es que
sobre la vida sí que salen los números; ni sobra ni falta; tengo lo que tengo y
lo que tengo siempre es suficiente. No tengo miedo así que voy al súper y
lleno la despensa. Compro lo que me apetece sin hacer cuentas y cuando llego a
la caja resulta que tengo exactamente lo justo: setenta euros con sesenta y
seis; me sobran cincuenta céntimos.
Recuerdo
que cuando solo tenía cincuenta euros y muchas cosas por pagar, los invertía en
algo que me sentara bien, a saber: Irme a Málaga a ver a la niña o irme al
cine; pagar un mes de yoga o pegarme una comilona; comprarme algo de ropa o
algún libro. Lo cierto es que no eran gastos de los que se entienden de primera
necesidad, pero sí que eran cosas que me sentaban bien. Y funcionaba. Después
siempre llegaba más dinero para pagar lo demás. Y es que amigos, la escasez
nada tiene que ver con lo que uno tiene o deja de tener. Más bien la escasez es
un miedo. Y no hay dinero en el mundo que consiga tapar ese miedo. Hay muchos ricos pobres y muchos pobres que
no sienten escasez. Y no es un tópico. Preguntárselo algún banquero que
conozcáis.
La escasez no es
un hecho.
La escasez es una
emoción.
Y la riqueza es la
observación de eso.
VACÍO
Antes
por lo menos podía contar contigo, ósea conmigo mismo; más bien con el que
creía que estaba dentro de mí. Pero ahora sé que ya nunca estás y me encuentro
vacío. Vacío no es sentirme solo, porque para sentirme solo tendría que sentir
que me falta el otro. Y ese tiempo de sentir la ausencia del otro ha terminado. Al fin y al cabo el anhelo era
una solución. Confundí amor con anhelo. ¿Cómo se puede vivir sin nadie dentro? ¿Puedo
amar si no temo? ¿Cómo amar si no soy nadie? Antes creía amar todo lo que temía
perder. Ahora sé que nunca perderé lo que amo. Amar y perder; amar y anhelar, amar
y olvidar, amar y temer, amar y luchar, amar y mentir; son pares de verbos que
se han separado. El verbo amar perdió el anhelo. Y ahora estoy aquí sin ti. Amo a nadie sin nadie dentro. Estoy
vacío y ya no cabe mi idea de ti. Te amo sin el te. Ya nunca podré perder-te.
Ya nunca podré olvidar-te. Ya nunca más podré amar-te. Amor y vacío se han unido
en este cuento en blanco sin final.
Antes
todo tenía un porqué. Las cosas estaban bien o mal, y ahí estabas tú para hacer
un juicio sobre todo. Ahora las cosas simplemente suceden. Y ahí me paro. No
saco conclusiones de nada y confío en que todo es por algo pero sin entrar en
ese algo.
Ahora
por las noches me duermo solo. A veces salgo en tu busca y solo encuentro
cenizas de ti. Pero aún sé recordar lo que opinarías de cualquier cosa y sonrío
ante la arbitrariedad de tus opiniones. Y la opinión más opinada era la opinión
que tenías sobre mí. Que si yo era de tal forma o de tal otra. Siempre debía
haber hecho las cosas de otra forma. ¿Y cuál era esa forma? Siempre la otra.
Miro fotografías y te veo. En cierto modo escucho el
grito de tu desaparición mientras te agarras al cristal del marco. Intentas convencerme
de tu existencia, pero yo ya sé que no existes. En realidad no exististe nunca.
Fuiste una bola de nieve bajando la pendiente; cada vez más grande;
incorporando otras bolas de nieve; espejismos como tú. Y ahora no queda nada de
lo que parecía todo y siempre fue nada (Gracias,
José Hierro). Algo en ti lo sabía. Sabías que no eras nada; de ahí el
empeño del suicidio continuado y disfrazado.
La mañana de abril que quisiste ser
río, fue la primera vez que tuve consciencia de tu no existencia. Querías
desaparecer corriente abajo desde Triana, y entonces supe que no existías. La
idea de la cercanía de la muerte desintegró tu personaje. Y crucé el puente de
Triana hacia la nada. Y aquí me encuentro en la nada, sirviéndote todavía de
caja. Supongo que en realidad nunca te irás del todo. Quizá necesite tu
anécdota para mi argumento. Pero no hay obra, ni argumento, ni personajes; no
hay nada tras el telón.
No apareces con la misma intensidad
en todos los momentos. Huyes de los que no te gustan y persigues los que te
agradan; como si pudieras elegir la idoneidad de los acontecimientos; opinas
sobre lo que te sucede, y esa opinión te hace desaparecer. Es allí donde te
cazo. Cuando opinas, apareces nítido y ridículo. Cuando te veo y ves que te
veo, desapareces, y queda el vértigo de saberse nadie.
Comprenderás que no tengo nada
contra ti y que incluso te echo de menos en este desierto de toboganes y
contraofertas, pero lo cierto es que ya no existes y que nunca exististe, y que
debo seguir vacío.
Vacío como vine, vacío me iré. Y nadie habita ya esta caja…vacía.
martes, 10 de mayo de 2016
YO OTRA VEZ
Yo otra vez.
Me desprogramo
y yo otra vez.
Te amo sin mi personaje,
y yo otra vez.
Suelto mis miedos,
y yo otra vez.
En el fondo sin fondo,
el vacío;
y yo otra vez.
Salgo de mi,
me observo,
y yo otra vez.
Yo otra vez.
Cada vez,
otro yo.
Cada yo,
otra vez.
Pero al fin y al cabo,
después de todo
y de nada.
Yo otra vez.
Pero sé que no somos
ni vez ni yo:
individuos-tiempo
en tangentes de existencia.
Aun así,
después otro yo,
y otro,
y otro....
Y antes,
otro yo,
y otro.
Todos somos la misma consciencia en espejismos
de un yo múltiple;
a través de la consciencia-tierra....
SIN TIEMPO
En cada átomo reside
todo lo que sucederá,
lo que ya ha sucedido
y lo que está sucediendo.
Porque los sucesos se pegan al tiempo,
y el tiempo se pega al ser.
Y todo ser es tiempo acumulado;
tiempo que ha sido,
tiempo que está siendo,
tiempo por venir:
Futuro que ya ha sido...
Y el infinito no tiene tiempo:
El porvenir ya fue,
y pertenece al infinito.
Y el futuro se cuenta hacia atrás:
Reside en el instante sostenido
sin fondo.
Y el tiempo aquí
no tiene sentido.
AIRE EN LA MIRADA
Algunas veces
me quedo como ido,
silencio y quieto,
paralizado;
la mirada fija en ningún sitio.
En ese momento sostenido,
hay paz
y nada.
No dura ni mucho ni poco;
en ese estado,
el tiempo no tiene sentido.
Y sé que nadie me habita.
Y que ahora estoy concreto:
Soy nada sin tiempo,
con aire en la mirada...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)