Como si nunca hubiera estado aquí antes,
mientras paseo anclado a la luz y al aire,
iluminada entre piedras por el sol temprano de mayo,
otra ciudad nueva aparece ante mis ojos,
y me sorprendo con la avenida escoltada de naranjos.
Y la luz que baña estas calles,
brota desde la ciudad antigua y sombría,
hasta la ciudad nueva y luminosa,
y despierta desde dentro de mí,
sorprendida al fin de que la vea,
tras largos años escondida.
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