Hay que retorcer las palabras,
sacarlas de su sitio;
desubicarlas.
Extrañas y vacías,
Maltratarlas,
hasta el abandono de la gramática.
Hinchadas por el diccionario,
vomitarán lo impuesto,
y viajarán en busca de verbos nuevos,
a través de los adjetivos desorientados,
con los labios pintados de comas y puntos;
se reirán de la frase.
Y nosotros,
pobres mortales,
fijaremos nuestra finitud,
en su eternidad cambiante.
Mucho mas que un poema..!
ResponderEliminarTrabajo muy trascendente, Me gusta.
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