Después de semanas sin verte,
te veré
sobre las tres de la tarde.
En un silencio parado en el tiempo,
morderé tu boca de luna.
Olvidando problemas y traiciones,
pasaremos la tarde
en algún café del centro.
Mi boca tocara tu beso
y reconocerá tu aliento.
Mi mano tocara tu tacto
y florecerá tu piel.
Miedo a tu ausencia.
Miedo a tu cercanía.
Miedo al dolor de amarte y no tenerte.
Vértigo al abismo de mi corazón sin ti.
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