Desde lo transcendente
aislado de todo lo trascendental
me revelo ante nada.
Porque nada ni nadie me escucha.
En la soledad del hombre profundo
despierto a lo sagrado.
Los dioses se preguntan:
¿Qué hemos hecho mal?
Y yo le respondo a la dioses:
¿No hicisteis al hombre a semejanza vuestra?
¿O quizá nosotros os hemos creado a la nuestra?
Los chamanes y los brujos conocen el secreto,
y los místicos españoles,
y las viejecitas que rezan al lado de la muerte.
Creo que ellas también saben de lo que hablo.
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