sábado, 25 de abril de 2015

EN MI ISLA DESIERTA



Cruzada la esquina hacia este silencio,

aturdido por la fiebre en la piel,

abril;

entre espuma, rocas y olvido,

desembarco aire y mar,

y desato mis pies.

 

Renovado por sudores y brisas,

limpio de maletas llenas de culpa,

a través de las olas me regreso.

 

Rica en certezas, amor y libertad,

habito en la isla desierta de mí,

y abrazo la realidad de mi vida.

 

Y allá a lo lejos diviso los barcos,

salvadores que vienen a salvarme:

Y yo hace tiempo que ya no hago ni fuego.

 









No hay comentarios:

Publicar un comentario