viernes, 29 de mayo de 2015

METAMORFOSIS ALCOHÓLICA



Aplazando la vida,

anduvimos años por las tascas,

revolcados en serrín, risas y llanto.

 

Parroquianos desesperados,

bebíamos trozos de nubes

para no sentir el momento.

 

Ahora escucho los gritos

de esos parroquianos muertos,

varados bajo la tierra,

por los bares cementerios.

 

Y yo les entiendo.

Pero sé que no pararan,

hasta que el gusano

para ser mariposa,

se haya tomado

la última copa.

 





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