jueves, 12 de febrero de 2015

MADRE






Llegaré cuando llegue la tarde. Cuando en tus ojos cansados brille el recuerdo. Sé lo que recuerdas por las tardes, madre. Llegaré justo a tiempo para asir tus sueños. Volveremos a pasear por Bolonia, jóvenes, claros y rubios; bajo el cielo azul y el levante. Allí donde nos creció el corazón, madre, y supimos para siempre, me enseñaste para siempre, como se quiere a un hijo. Ahora lo sé madre, ahora yo también soy padre, y sé como se respira una piel, y como se te mete su vida por dentro, invadiéndolo todo, cambiándolo todo, para siempre. Llegaré cuando llegue la tarde, madre, a la orilla donde rompen los años inmortales. Me sonreirás al saber que todo va bien, y verás en los ojos de mis hijos a tus hijos, y volverán aquellos paseos que dabas con papá, al caer la tarde. Llegaré cuando llegue la tarde, y volveremos al jardín, donde tus niños ya jugamos para siempre. Volverán las meriendas y los deberes, la lluvia y el cole, el judo, los  cumpleaños, la costura y el café. Llegaré cuando llegue la tarde, madre. A la hora que siempre volvemos los hijos del cole.
  

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