viernes, 17 de marzo de 2017

LOS CHARCOS



Y vuelvo a pisar ese charco.
Porque no es posible esquivar
todo el tiempo,
todos los charcos.
Siempre hay un día,
en el que no miras,
despistado,
y vuelves a pisarlo.

Porque los charcos
no están fuera.
Están dentro,
en el fondo corazón,
encharcándolo todo.

Y de nada nos sirve esquivarlos,
todos los días menos uno.
Porque ya no es cuestión de atención.

Solo nos queda desaguarnos...
para no morirnos de memoria.

No camines,
tratando de saltarlos,
como si estuviesen fuera.

Sumérgete en los charcos,
y muérete de frío.

O vive siempre,
esquivándolos.

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