desnudo de preguntas,
me duermo en la noche,
desprovisto de repaso jesuita.
Acaso la figura de un seno redondo,
continente de mi génesis,
se precipita,
en esta hora simbólica,
hacia mi boca,
que abraza la carne:
Carne sin pecado de carne,
carne plena de carne:
plenitud de la carne.
Nada más me importa,
acallada la consciencia,
libre de siglos,
de opiniones y mártires,
y el alma ahuecada de cadenas,
que un seno redondo,
ocre,
hacia mi boca.
Solo un seno redondo
importa en la noche...
No hay comentarios:
Publicar un comentario