sábado, 26 de noviembre de 2016

EL TERRENO


El terreno está vivo. Tan vivo como nosotros, pero además nunca duda. El gato lo sabe y se integra en él; acoplándose a su ritmo. Cuando los que habitamos el terreno le somos impermeables, el terreno se encarga de recordarnos que solo somos sus invitados.
La energía cambia si hay poniente o levante. Cuando sopla fuerte el levante, todo se mueve a ritmo del viento. El gato salta cazando huecos vivos que solo ve él; sube y baja de los causarinas a la velocidad de las ráfagas, y descansa quieto y observador bajo el porche de madera. En las noches de luna llena, la luz riega todo el jardín salvaje, y puedo verte sentada en la roca blanca junto al gato, que refleja plateada en su lomo negro y brillante, la luz de la medianoche. Si me acerco demasiado rápido, Poe da un salto y se esconde bajo la palmera. Y tú me miras como diciéndome que también saltarías bajo algún matorral si pudieras para esconderte de mi movimiento torpe y descompasado de la quietud del momento. En el amor es lo mismo; un acercamiento rápido y el gato salta espantado. Cuando sopla fuerte el levante, el viento zarandea la caravana y se nota como pasa por debajo y pareciera que vamos a volar. Al contrario de lo que suele sucederle a la gente, a mí el levante me da paz. Creo que es porque me reconozco en él.
El terreno elige a sus habitantes y no al contrario. Invita a salir a algunos, dificulta la entrada de otros y facilita la entrada a nuevos inquilinos. Yo me siento como un observador privilegiado de esos movimientos. El terreno y tú os parecéis. Y también soy un observador
privilegiado de tus movimientos. No sé muy bien si es el terreno el que te traspasa su ritmo o eres tú el que le traspasa el tuyo. Quizá sea lo mismo. El caso es que me muevo lento a través de los dos. Observo y me muevo. Me paro y me muevo. Salgo y entro. Me retiro y me acerco. Me conecto y me desconecto. Y creo que realmente yo no elijo nada. Estoy aprendiendo a estar suave y fuerte; intermitente, como el levante.
La otra noche, con un fuerte viento, nos tumbamos sobre una alfombra en el jardín. Estaba despejado y no había luna, por lo que se podían ver en el cielo infinitud de estrellas. La vía láctea hacia honor a su nombre. El gato se acercó y nos miraba como diciendo que al fin nos dimos cuenta de todo lo que sucedía en el terreno por las noches. Cuando estamos dentro de la caravana, el gato se adentra, nos mira y se va. Es como si no entendiera qué carajo hacemos dentro con la cantidad de cosas que están pasando fuera. Me gustaría ver el terreno a través de los ojos de Poe. Está claro que ve más que nosotros. El gato es una inspiración de la noche.


Continuará...

EL AXOLOTL DE CORTÁZAR


Qué extraño es saberse en todo y no verse en nada.
Todos somos el axolotl de Cortázar.
A los dos lados de la pared del acuario vivimos.

La cuestión es saberlo o no.


sábado, 19 de noviembre de 2016

NOS TOMAMOS UN CAFÉ ?



La loro de al lado no para de hablar. No respira. Encadena las estupideces, cómo se encadenan las nubes, unas tras otras, en esta tarde lenta y plomiza. No está mal, la loro digo, da caladas muy largas y sostenidas, y deja escapar el humo entre unos labios carnosos y entreabiertos. Me tiene despistado. No hay relación alguna entre cómo habla y cómo fuma. Supongo que no siempre tienen relación, todas las partes que entre si forman a uno. Me refiero a que puede ser, que alguien se mueva torpemente, por ejemplo, y después resulte que sea un buen amante. Aunque no lo creo y pienso que la mayoría de las veces, cualquier parte de nosotros nos habla de cómo somos. Me gusta observar, cómo la gente anda, come, fuma, habla, conduce, e intentar adivinar, cómo harán todo lo demás. El tipo de detrás de mí mesa no para de fumar un cigarro tras otro, y ha tirado torpemente un vaso de agua.  Parece que tiene miedo de todo. Coge el vaso con miedo, mira con miedo, habla con miedo, y ese miedo se traduce en torpeza. La mujer de al lado parece que es su pareja. Y no lo dijo por muestras de cariño, sino porque lo mira con desánimo, porque ve lo mismo que os estoy contando. Cada vez que habla, le interrumpe con otro tema y no lo deja terminar. Están sentados con otra mujer y ya se limita a mirar su móvil. Delante de mi mesa, hay otra pareja que acaba de echar un polvo. Lo sé, por cómo coge ella la taza y por cómo respira él. Ella acaricia la taza suavemente, con el dedo pulgar arriba y abajo, lentamente, y él respira al mismo ritmo. Se acaban de acompasar. Está claro. El camarero fue un yonki hasta hace poco. Anda deprisa con pasos cortos y rápidos, mientras le suenan las llaves que tiene colgadas del cinturón. Como no tenga cuidado, vuelve a caer en breve. De mí no os digo nada. Cuando me veáis y yo no os vea, me observáis y ya me contáis. Que lo mismo me llevo alguna que otra sorpresa. Muchas veces no estamos donde creemos estar.
Mierda!
Se me enfrió el café!
Me lo tomaré con estilo,
no vaya ser que algún cabrón me esté mirando...

jueves, 25 de agosto de 2016

ESCRIBIR ES UN REGRESO

Para qué escribo estos versos,
mudos y ciegos,
que pocos leen
y menos comprenden;
no por falta de entendimiento,
sino por defecto de "infierno-cielo
y exceso de "cielo-infierno".

Para qué escribo estos versos,
que hablan nada de mí
y todo de nadie.

Sin embargo,
en estos versos está la vista sin ojos;
y no falta nada,
ni nadie;
y sobra todo.

Para qué escribo estos versos,
visibles de lo invisible,
si solo nadie
podrá comprender todo.

Para ése escribo:

A nadie,

         desde donde surge todo.

Escribir es un regreso...

LAS APARIENCIAS


El levante se ha ido
y entró un poniente suave.
Los niños hacen una tortuga de arena con un amigo local.
Detrás se ve África.

Tumbado a la sombra
admiro el cuadro
y pienso que las apariencias muchas veces engañan .

Pero hoy sé que no.
La escena es impecable
y muestra lo que es.

Lo invisible está de vacaciones.

SORPRENDIDO


Recorro extraños parajes
desolados de certezas.
Y tengo miedo de caer
en el abismo de la culpa
de haberlo sabido,
y desear cambiar
lo que ya había creado
por creerlo sabido.

Pero es tiempo para descreer lo cierto,

y volarán las palomas de lo nuevo

y picotearan mis ojos antiguos.

Gobierno la palabra,
pero toca desgobernar
la intuición.

Así volare libre por los océanos de la incertidumbre.

Y todo lo demás es
solo literatura.

Y yo no soy la tinta de ningún cuento.

PRESENCIA FEMENINA JUNTO AL MAR



Cierro los ojos.
El sol traspasa mis párpados.
La sal cura y picotea mi piel.
El mar suena dentro de mí.

Y juraría que unos cabellos
rozan mi cuello.
           y me estremezco.

Pero abro los ojos,
            y  aquí no hay nadie.

LAS FOTOS ESTÁN MUERTAS


La vida,
poco a poco,
se monta
y se desmonta,
y deja rastros
como fotos:
sudores en las sábanas,
y apenas un olor
que se me escurre,
cuando ya no estás tú.

Los besos son solo para cuando estás,
y no se pueden recuperar los momentos.

La ausencia rezuma
fotos y olores.

Y no me regresan a ti.

No me sirven.






DESOCUPACIÓN DE LA ESFERA



Los días pasan
              y sigo ocupado.

No encuentro el espacio
de la desocupación
externa.

Pero yo me desocupo,
escurriéndome:

Rompiendo el arco,
tensando el diámetro;

asumiendo
 
              la desintegración

                                    del contorno.

Y me escapo de la cáscara.

Quedo vacío
       tras la descomposición
                                  de la esfera...



jueves, 30 de junio de 2016

OJO UNIVERSO



No puedes no existir.

Si no existieras
no existiría nada;
y el vacío y tú
son siempre,
y lo mismo.

Eres el universo entero
que se piensa  a sí mismo.
Y sin ti,
que estás ahora leyendo,
yo no existiría;
y nada sería posible.

Eres todo porque el vacío
no puede auto aniquilarse,
y es eterno en ti.

Y la eternidad es el no tiempo.
Y somos seres no tiempo.

Porque tú eres tú,
y todo:

y todo es expresión
                         de la nada;

que está en ti.